Susurros desde el mar [Prologo]

hola
soy nueva en este foro y tengo empezada desde hace un tiempo una historia así que he decidido colgarla aquí, espero que os guste.
el prologo está escrito en tercera persona, pero la resta de la historia está en primera

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Prologo

En una de las salas del gran castillo se encontraba un rey hablando con su hija.
- ¡¿Qué te casas?! - Le preguntó incrédulo - ¿Y quién es el afortunado que te ha pedido la mano?
Ella vaciló un poco.
- También he de decirte otra cosa... - Dijo desconectando de la mirada inquisidora de su padre. - La verdad es... es que... - Cogió aire para soltar de sopetón lo que quería decir. - La verdad es que también estoy embarazada.
Los ojos del rey parecían salirse de sus orbitas
-¡¿Cómo ha podido ocurrir semejante cosa?! - Dijo enfurecido - ¡¿Quién ha sido!? ¡Dímelo! - Exigió - ¡Te juro que cuando lo encuentre lo castro! ¡No!, mejor, ¡lo mato!
- No, no vas a matar a nadie. - dijo una hermosa pero tajante voz detrás del rey.
La hija se quedó atónita nunca había visto a dos seres tan perfectos. El hombre era alto, seguramente pasaría de los dos metros, en cambio la mujer que había a su lado era más menudita. Miró a su padre pero él no parecía extrañado por la presencia de aquellos seres que habían aparecido sin previo aviso.
- ¿Por qué habéis venido? - preguntó secamente.
- Maveric, no te permito que nos hables con éste tono y aún más sabiendo quiénes somos - le cortó el hombre.
- Lo siento - dijo el rey mirando al suelo. Su hija se quedó atónita, nunca lo había visto tan sumiso - Solo quería saber por qué razón decidís venir después de tanto tiempo...
- ¿Necesitamos algún motivo para visitar a nuestro hijo y a nuestra nieta?
La hija se quedó atónita, ¿qué ellos eran sus abuelos?, los creía muertos. El rey los miró sabiendo que eso no era verdad, ¿por qué se iban a molestar unos dioses en bajar a la tierra si no era para impartir justicia?
- Tsk. Vale, nos has pillado... - Dijo la diosa sonriendo.
- ¿Y quién es esta vez? - Preguntó el rey.
Se hizo un silencio tenso e incomodo. La hija no tenía palabras para describir lo que ocurría.
De pronto y con semblante triste los dos dioses levantaron el dedo y señalaron a la hija. El rey abrió los ojos, no se lo podía creer, su propia hija. Eso sólo podía suponer una cosa, de quién estaba embarazada y con quién se iba a casar era un humano.
No pudo hacer otra cosa que chilar de espanto y ponerse a llorar sabiendo cual sería el castigo que le esperaba a su hija, su querida y única hija. Se sentó en el suelo olvidando su posición de rey y se puso a llorar desconsoladamente.
Entonces los dioses se dirigieron a la hija.
- Tú, mi querida nieta, te vienes con nosotros. - Le dijo el dios. - Será mejor que te despidas de tu padre, no lo volverás a ver.
Entonces la hija estalló en lágrimas y abrazó a su padre. Le dijo que le quería y que por mucho que estuviesen separados ella siempre le querría. Se levantó sin ganas dejando allí a su padre y se dirigió al lado de los dioses.
- Adiós, papá, nunca te olvidaré. - Le dijo todavía sollozando.
- Adiós, hijo mío. - Dijo la diosa.
Y acto seguido desaparecieron de la sala llegando a una playa. La hija la reconoció enseguida, era aquella en la que tantas veces había quedado con su amado y donde había pasado los mejores momentos de su larga vida, donde los secretos no existían.
- Lo que vayáis a hacer hacedlo rápido. - Dijo con lágrimas en los ojos. - Es muy cruel por vuestra parte haberme traído a esta playa.
- Lo sabemos. - Dijo la diosa acariciando su mejilla. - Pero ya sabías donde te metías al establecer lazos sentimentales con un humano.
- Tiene razón. - Dijo el dios. - Pero no somos tan crueles, no te vamos a poner el mismo castigo que a los demás. ¡Por favor!, eres nuestra nieta, no te podríamos hacer una cosa así.
- ¿Entonces qué castigo me pondréis? - Preguntó temerosa esperando un castigo peor.
- Vivirás cómo un simple humano y morirás como tal, dejando atrás tu vida anterior, sin volverte a transformar y sin volver a ver a tu padre. - Dijo la diosa-
- Dejaras de ser inmortal, pero conservarás tus poderes divinos. - Continuó el dios. Entonces hizo algo imprevisible, se agachó y acarició la tripa de la mujer. - Cuída de nuestro biznieto, se esperan grandes cosas de él.
- Njörd. - Le llamó la diosa. - Ya se acerca el humano.
- Adiós, mi pequeña.
-Adiós, se feliz. - Le deseó la diosa.
Acto seguido desaparecieron sin darle tiempo a despedirse.
- Gracias - Susurró al aire con un nudo en la garganta y se giró para ver al que sería el amor de su vida.

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gracias por leerla

hasta la proxima actualización

Ola!! la e leido pero ahora voy un poco justa de tiempo!!

Bienvenida al foro!!!!!

me a gustado, es guai, diferente, aire fresco!!!

me recuerdan a cuentos de hadas

Un beso!

Hola!! Me encanta ^^

Siguela pronto, por fa

Bss