<UNA ANASTASIA DEL SIGLO XXI> 11/04

Bueno, actualizacion, como prometi.. este capi se lo dedico a B. Olivier que me dio la idea y me sacó de mi blancura jajajajaj


CAPITULO X: CENA CON ANTHONY

¿Como es posible que mi hasta ahora feliz semana hubiera dado un giro de 360º en tan solo una tarde? Si antes había estado feliz de que mi pesadilla hubiera desaparecido por el momento, en ese instante hubiera preferido volver a tenerla antes de esta en esta situación con Anthony. No es que me molestara el hecho de que Anthony y yo estuviéramos en una especie de primera cita no oficial, para nada. Lo que me molestaba renalmente era que mis propios amigos, aquellos a los que incluso llamaría hermanos, habían ideado todo esto a lo largo de toda la semana a espaldas de mí. ¿Estaría Anthony al tanto de esto también? ¿Lo habría ideado él? No, ¿Cómo podía ser posible que alguien como él pudiera interesarse en alguien como yo?
En esos momentos nos encontrábamos en una apartada mesa en una esquina del restaurante italiano al que siempre solíamos venir cuando quedábamos para comer o cenar todos juntos. Esta vez la cosa era diferente, hoy solo estábamos él y yo. El solo hecho de pensar en ello me hizo sonrojar levemente. Anthony estaba por decir algo cuando el camarero llego a pedirnos nota.
- Señorita Weiss, un placer volver a verla. Señor Thornton. ¿Hoy vienen solos? – Saludó Carlo. Carlo era nuestro camarero, o algo por el estilo. Habíamos acudido allí tantas veces que ya nos conocían todos y Carlo siempre era la persona que nos atendía. Supongo que por su puesto de jefe de cocina. Era de origen italiano pero su familia emigro aquí diez años atrás y abrió el negocio que ahora se encargaba de llevar el, al menos el tema práctico. Mi abuela había organizado reuniones y encuentros con ‘’gente de su trabajo’’ allí por la fama que tenia el lugar. Y es que era cierto que era uno de los mejores restaurantes de la ciudad.
- ¿Ya saben que van a tomar de bebida?-
- ¿Liz? – Preguntó Anthony dirigiendo por primera vez sus penetrantes ojos verdes lo que me dejó algo aturdida durante unos segundos casi imperceptibles.
- Yo quiero una coca-cola, gracias Carlo – Respondí tras reponerme.
- A mi otra – Repuso Anthony.
- En seguida vuelvo con sus bebidas – Comunicó Carlo antes de desaparecer y dirigirse a las cocinas.
Nos quedamos en silencio, como si no supiéramos que decir, y así debía de ser, al menos para mi. Podía sentir a Anthony con su mirada fija en mí pero no me atrevía a levantar la vista de mis manos por miedo a enfrentarme a su hermosa mirada. Por fin, Anthony decidió romper el silencio.
- ¿Qué tal con tu abuela? ¿Sigue molesta? – Levanté la vista y enfrente sus ojos.
- Eh… no, creo. No lo se. Dijo que lo sentía pero creo que en cierto modo sigue molesta. – Contesté como pude, ya que su penetrante mirada me ponía algo nerviosa.
- No se porque se queja, yo creo que estas preciosa con tu nuevo luck – Repuso Anthony lo que hizo que me pusiera colorada. Gracias a Dios, Carlo llegó con nuestras bebidas antes de que pudiera siquiera darse cuenta.
El resto de la cena paso tranquila pero tensa. No volvimos a hablar de temas que hiciera que mi tez pálida se volviera sospechosamente rosada…
Terminamos la cena y Carlo se llevó los platos dejándonos la carta para pedir el postre. Mientras intentaba decidirme entre el tiramisu, que era la obra maestra de Alexandra una de las cocineras y hermana de Carlo, o el gelatto di ciocolatto, que también estaba delicioso, noté como Anthony me miraba. Cuando alce la vista descubrí que me miraba la boca, para mi mayor vergüenza.
- ¿Qué? ¿Tengo algo en la boca? – Instintivamente levanté la mano para taparme antes de que me pusiera más roja.
Ante mi sorpresa, Anthony levanto su mano para apartar la mía e inmediatamente después la llevo cerca de mis labios donde sacudió una miga que se había quedado ahí, lo que hizo que me pusiera más roja aun. Pero Anthony no quito la mano, al contrario. Comenzó a acariciar mi mejilla con su mano. Sus labios temblaban entreabiertos como si quisiera decir algo pero no supiera como, mis mejillas ardían ante su agradable tacto y su penetrante mirada esmeralda.
- Liz… yo… - Comenzó entrecortadamente. No me había dado cuenta de lo cerca que estábamos hasta ese momento, al poder sentir su respiración y su agradable aroma.
- ¿Si? – Susurré, seguramente no me habría oído de no ser por nuestra peligrosa cercanía que podía ser un beneficio o un inconveniente, según lo quisiera ver.
Iba a continuar cuando algo de lo más inesperado nos sorprendió.
- Vaya, ¡que sorpresa! – Escuche decir a una voz demasiado conocida, lo que hizo que volviéramos a nuestras posiciones iniciales ambos algo colorados aunque yo mucho mas que Anthony.
- J.J. – Dirigí mi mirada hacia el chico que se hallaba ahora al lado de nuetra mesa, mas cerca de mi que de Anthony aunque con su mirada estaba fija en mi acompañante - ¿Qué haces aquí?-
- He venido con unos amigos – Señaló hacia detrás con la cabeza, donde pude apreciar a algunos de sus compañeros de equipo – Bueno, preciosa, que te parece si tu y yo nos vamos de aquí a dar una vuelta. Puedo invitarte a un helado o a lo que quieras – Propuso J.J. Pude ver a Anthony mirándolo fijamente, y de seguro J.J. estaría más que muerto si las miradas matasen.
- Lo siento, pero Liz esta conmigo y ya nos íbamos a ir. Miguel debe de estar esperándola ya. Así que sino te importa…- Dijo Anthony levantándose y ofreciéndome su mano para que le siguiera – Carlo, aquí tienes, quédate con el cambio y gracias por todo.
- Gracias a usted señor Thornton, Señorita Weiss. Espero tenerles por aquí pronto – Se despidió Carlo.

Salimos del restaurante a mi entender algo deprisa, aunque no me importaba con tal de evitar que J.J. volviera a meterse de por medio, me bastaba.
Caminamos en silencio por todo el boulevard, los dos íbamos pensando en nuestras cosas. Yo aun me preguntaba que era lo que Anthony había querido decirme antes de que J.J. irrumpiera como si tuviera todo el derecho del mundo.
- Bueno, ahí esta Miguel. Supongo que nos veremos el lunes en la escuela – Comentó Anthony quedándonos a unos metros del mercedes del que ya se bajaba Miguel para abrirme la puerta. – Hasta entonces. Que descanses – Y con eso, deposito un casto beso en la mejilla.
Entonces se fue caminando hacia donde esperaba su coche y yo me quede ahí parada roja como un tomate. Salí de mi trance y recorrí la distancia que me separaba del coche aun algo aturdida.
- ¿Interesante la noche, señorita Liz? – Preguntó Miguel una vez llegue a sentarme.
- Ni te lo imaginas. Aunque una cosa esta clara – Miguel me miró expectante a través del retrovisor – Maria y Elena van a saber lo que es bueno, ya lo creo. – Entonces, con una carcajada, Miguel arrancó el coche y nos fuimos a casa.

ahhhhhhhhhhhhhh! gracias por dedicarmelo!!!!!!!!! me encanta! jajajajajajaajaj sigue en cuanto puedas!
besos!

Yo misma debería aprender

Pues nada, que me encanta. A ver si al final Anthony se decide y se lo dice.
Continúa pronto!

Vaya! veo que os ha gustado jajajja aki traigo el principio del siguiente capitulo jajaj espero que os guste!




CAPITULO XI: PLAN B

Aquella noche dormí bastante bien. No volvió a repetirse el sueño que llevaba toda la semana de vacaciones, y no sabia si seria permanente por lo que decidí aprovechar y descansar como no lo hacia en mucho tiempo. Durante el trayecto a casa no preste mucha atención a nada de lo que me rodeaba, solo pensaba en lo que Anthony quería decirme antes de que cierto tipo pegajoso apareciera repentinamente en el mismo sitio donde estábamos nosotros. No es que J.J. no fuera con sus amigos por allí, sencillamente era que La Vie no era el sitio típico al que solían acudir el y su grupo. Legue a pensar, incluso que nos había seguido o algo por el estilo.
Le había pedido a Miguel que me permitieran dormir algo mas, aprovechando que era sábado. Por desgracia mi cama empezó a moverse como si alguien saltara encima provocando que mi placentero sueño terminara de golpe. Y cual fue mi sorpresa al descubrir a Maria y Elena a ambos lados de mi cama sentadas y dando saltitos. Genial, otra cosa que añadir a la lista de ¿Por qué matar a mis mejores amigas?
- ¿Qué se supone que hacéis aquí vosotras dos? Dejadme dormir – Proteste dándome la vuelta y tapándome la cabeza con la almohada.
- Vamos, dormilona. Tenemos día de chicas. Así que levántate ahora mismo – Informó Elena mientras Maria me quitaba las sabanas y la almohada.
- ¿Cómo que día de chicas? ¿Quién os ha dejado entrar? ¿Cuándo habíamos decidido tener un día de chicas? ¿Qué hay de…? –
- Calla – Ordenó Maria – Si, hoy es día de chicas porque lo decidimos nosotras dos, Charles nos ha dejado entrar y, tranquila, Miguel ha hablado con tu abuela y tienes permiso –
- Eso, así que, venga, arriba que tenemos muchas cosas que hacer – Dijo Elena mientras tiraban las dos de mí para levantarme.
- Está bien, está bien. Dejad al menos que me adecente un poco ¿no? – Imploré a lo que me soltaron y dejaron ir.
Después de una ducha rápida, vestirme, desayunar a lo loco y demás, Miguel nos llevo al boulevard y nos acompañó toda la mañana de compras, alguien nos tenia que llevar las bolsas.
Tras caminar más de lo que nunca habíamos caminado, llevamos las bolsas al coche y fuimos a comer a un restaurante de la zona. La Vie cerraba los sábados y domingos por la mañana para dar algo de descanso a los empleados para las noches, cuando el restaurante se llenaba por lo que decidimos ir a otro. Escogimos uno de comida china que Elena disfrutaba como una niña pequeña.
- Bueno, vas a contarnos de una vez que pasó anoche – Imploró Maria una vez nos habían traído la comida.
- Que sepáis que no estáis perdonadas por la jugarreta de ayer. No pude pasar mas vergüenza de la que pasé cuando nos dejasteis solos – Les advertí a lo que ellas respondieron con dos amplias sonrisas, sabían que tarde o temprano las perdonaría, así que no se preocupaban de nada. – Está bien, os lo contaré – Y comencé a relatarles todo lo que ocurrió la noche anterior.
Les conté como después de que nos abandonaran fuimos a La Vie donde tuvimos una cena tranquila hasta que sucedió lo de la dichosa miga de pan a la que le había cogido mucha manía a la vez que la adoraba. Les relaté aquella escena con la cara tan roja como la falda que llevaba puesta. Las dos se rieron como locas cuando les conté el incidente de la miga pero se pusieron muy serias, casi enfurecidas, cuando informé de la inesperada llegada de J.J.
Cuando terminé mi relató con el beso en la mejilla y yo de nuevo con unos tonos mas de rojo en mi rostro. Sus sonrisas se desvanecieron dejando ver sus rostros totalmente serios mientras intercambiaban una mirada, con la que estoy segura estaban diciéndose algo. Empecé a preocuparme. Por fin, Maria rompió el incomodo y tenso silenció que se había formado.
- Tenemos que pasar al plan B – Afirmó totalmente seria.
- ¿Plan B? – Pregunté yo algo asustada. Tratándose de esas dos ‘’Plan B’’ no podía ser nada bueno.
- Si, mejor hablamos de esto en casa – Sugirió Elena. Esto era serio.

no nos puedes dejar asi! llevas mas de una semana y quiero la continuacionnnnnnnn!!!!!! jajajajajajajajaja

justo lo dejas en el momento mas interesante, quieres que no duerma? jeje es broma, pero porfa, en cuanto puedas actualiza, que quiero leer como continua toda esta historia

es una de mis preferidas, lo sabes no? o no se ha notado mucho con mi insistencia por que continues, jeje

continua en cuanto puedas, ok?

besos!

Trozo, creo que bastante corto pero con mucho jugo.....


- ¿Plan B? – Pregunté yo algo asustada. Tratándose de esas dos ‘’Plan B’’ no podía ser nada bueno.
- Si, mejor hablamos de esto en casa – Sugirió Elena. Esto era serio.

No volvimos a hablar de ello hasta que llegamos a casa, tal y como habíamos ‘’acordado’’ Lo cierto es que me asustaron cuando me cogieron corriendo y me subieron escaleras arriba a trompicones, ya que estuve apunto de caer en dos ocasiones. Miguel subió las bolsas a mi habitación detrás de nosotras y se marchó corriendo ante la insistencia de Maria y Elena quienes le pidieron que nos dejaran a solas. Mientras tanto, yo permanecía sentada en el sofá donde me habían colocado advirtiéndome que no me moviera ni un milímetro.
- ¿Me vais a contar ya de que va todo esto? – Pregunté cansada después de media hora esperando a que las dos estuvieran listas.
- Un poco impacientes estamos hoy ¿no? – Preguntó picara Elena.
- Solo quiero que me digáis que es eso del plan B de una vez. Me tenéis en ascuas – En realidad estaba asustada y pensaba que cuanto menos tiempo tardaran en decírmelo, menos tiempo tendría que aguantar de tortura, ya que esto era malo seguro, siendo ellas las autoras…
- Está bien. Empecemos. – Comenzó Maria.
- Bueno, creemos – Elena dudó un momento – mas bien sabemos de sobra, que te molestara el plan, pero créeme que es muy fiable – Confesó.
- Anthony y tú estaréis saliendo en un parpadeo – Prometió Maria.
- Si vosotras lo decís. Pero quiero más detalles ya mismo – Pedí, más bien supliqué. Ahora si que estaba inquieta.
- Escucha bien lo que vamos a decir porque vas a tener que seguir nuestras ordenes al pie de la letra – Advirtió Maria.
- Vale, empecemos – Siguió Elena – El lunes, a la hora de la comida, durante la habitual visita a nuestra mesa de J.J. tu le dejaras ver o pedirás directamente ir al baile de invierno con él, lo que prefieras – Ordenó rigurosamente Elena. Me tensé en ese mismo instante.
- ¡De eso nada! – Pegue tal grito que lo habían debido oír en toda la casa, si la abuela hubiera estado aquí habría revolucionado la casa creyendo que me había pasado algo – No pienso ir al baile de invierno con alguien que no sea Anthony ¡y mucho menos con J.J.! – Seguí despotricando.
- No iras a baile con él – Aclaró Maria.
- Solo se lo pedirás para que Anthony se ponga celoso y te lo pida – Añadió Elena.
- ¿Estáis diciéndome que finja salir con J.J. para poner celoso a Anthony? – Pregunté incrédula, aun sin creerme ni una palabra.
- Exacto – Respondieron las dos al unísono.
- Eso es…es… cruel. J.J. es un pelmazo pero no tengo porque hacerle una jugada como esa – Dije una vez asimiladas las palabras.
- No le va a pasar nada. Sabes como es J.J,, un pelmazo, así que no te preocupes por el, se rendirá en cuanto os vea juntos – Explicó Elena.
- ¿Estáis seguras de que esto va a funcionar? – Pregunté empezando a rendirme ante ellas y su estúpido plan.
- Confía en nosotras ¿Cuándo te hemos fallado? – Aseguró Maria. Es cierto, ellas nunca me habían fallado, no tenia motivo para no aceptar el plan.
- De acuerdo, lo haremos – Repuse con un suspiro.
- Sabíamos que lo harías. Bien, tienes que estar muy atenta. Mejor que lo hagas a la hora de comer porque habréis tenido suficientes clases juntos para que te diga algo, por si decidiese mencionar algo que el ayer no pudo decir – Mas bien no le dejaron decir… - Si a cuando J.J. aparezca en la mesa no te ha dicho nada y seguís siendo amigos… entonces actúa – Ordenó Elena.
- Da igual te lo insinué él o se lo pidas tu, simplemente asegúrate que Anthony este delante cuando lo hagas – Añadió Maria.
- ¿Por qué? – Pregunté curiosa.
- Varias cosas pueden pasar, por ejemplo Anthony puede adelantarse y decirle que no puede ir contigo porque ya vas a ir con el, o a lo mejor se le ocurre pedírtelo el en ese mismo instante. El caso es que el plan B no tendría efecto si Anthony no estuviera delante para ponerse celoso en el momento en que pronuncies las palabras mágicas – Comentó Maria.
- Bien, el lunes va a ser un día muy largo – Confesé suspirando. Me estaba entrando dolor de cabeza con todo el temita.
- Y, con suerte, el mejor lunes de colegio de la historia – Añadió Elena.




En el proximo capitulo..... ¿Le pedirá Anthony salir de una vez? ¿Dejara que J.J. vaya al baile con ella? Eso y mucho mas en el proximo capitulo.... parezco de una serie de television xD

Empieza el siguiente capitulo con un nombre sugerente, ya sabemos quien sera, si Dios quiere, una de las parejas pero, cual es la otra????


CAPITULO XII: EL DIA DE LAS PAREJAS.

El fin de semana pasó rápido. Maria y Elena pasaron la noche conmigo y se marcharon a sus respectivas casas por la mañana del domingo lo que me dejó tiempo libre sola para pensar. Dudaba un poco acerca del plan pero no podía contradecir a las chicas, ellas siempre terminaban teniendo razón en todo. Solo esperaba que con esto también estuvieran en lo cierto.
Por fin llegó el lunes, y allí estaba yo, en el coche muerta de miedo mezclado con nervios. Ni siquiera habría probado el desayuno de no ser por la amenaza que me dio Jessica de llamar a mi abuela como no me tomara, al menos, el vaso de leche con una tostada. Accedí por no sumarle a todo un castigo de mi abuela que no serviría de nada en caso de que todo saliera bien.
- Señorita Liz, que pase un buen día en la escuela – Se despidió Miguel. Tenia prisa porque iba a recoger a mi abuela al aeropuerto, así lo habían acordado ya que el tenia que coger el coche de todas formas, y era el día libre de George – Pasare a recogerla a la tarde.
- Gracias, Miguel. Saluda a mi abuela de mi parte – No me había atrevido a decirle nada a Miguel. No sabia porque pero no tenia ganas de contárselo a nadie, era suficiente que lo supieran dos personas mas además de mi, aunque bien sabia que terminaría contándoselo a Miguel de todas formas.
- Lo haré – Y con eso se montó en el coche y se fue.

El día pasó como cualquier otro lunes. Asensio volvió a sacarme a la pizarra repitiendo la misma rutina que siempre. J.J se presentó un par de veces a mi lado para coquetear, solo que esta vez yo me sentía mas incomoda de lo normal, sobre todo teniendo a Anthony delante en esos momentos. Ninguno de los dos habló de lo del viernes, al menos la parte que compartimos solos, lo que me estaba empezando a poner aun más nerviosa. Si no decía nada, el plan tendría que continuar y si lo llegaba a decir, me enfrentaría a su petición con los nervios propios de una situación así. Solo esperaba que el día de hoy se desarrollara tal y como yo quería, por muy avergonzada y nerviosa que me pudiera llegar a sentir, y que al final del día Anthony y yo estuviéramos oficialmente juntos.



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Y seguimos con el lio, ¿quien es la otra pareja? ¿Se atreverá Anthony a pedirle salir antes de la hora del almuerzo? En caso de que no ¿Lo hara despues?

OHHHHHHHHHHHHHHHHHhh

En cuanto lo tengas pon capi

Besos.

Bueno aqui otro cachito pequeño.... espero que os guste... bess

Y allí estaba yo, a la hora del almuerzo con mi bandeja en la mano llena ya de comida y esperando a que llegaran los demás. Nick y Elena habían desaparecido de mi vista poco después de que saliéramos de clase, cuando Nick apareció repentinamente y agarro por el brazo a Elena llevándosela con él a no se donde. Maria también estaba desaparecida en combate y de ella si que no sabía nada. En cuanto a Anthony, no nos estaba esperando cuando salimos de clase como siempre hacia. Era extraño pero llevaba todo el día actuando de esa forma y, en cierto modo, no me afectaba tanto, aunque si algo.
- Hola – Saludo una voz detrás de mi. Me gire y allí estaba Maria sonriente – Siento haber tardado pero tenia asuntos que arreglar – Y con eso dio por terminada la explicación…
Poco a poco fueron llegando los demás. Elena y Nick llegaron poco después de Maria ambos sonrientes y casi se podía decir que iban cogidos de la mano, salvo porque las soltaban de vez en cuando mientras se acercaban. Una vez en la mesa nos informaron de que oficialmente, Elena y Nick salían juntos. Al parecer, ya habían tenido un par de citas pero nada mas que eso y, según Nick, Maria le había animado ese fin de semana a pedírselo a Elena, la cual sabía acerca de su plan, aunque no lo dijera delante de Nick.
Anthony llegó en medio de su explicación sentándose a mi lado a la vez que me dirigía una mirada de soslayo que fui capaz de coger disimuladamente antes de que mi cara adoptara un todo ligeramente más rojo.
La comida transcurrió dentro de lo normal entre charla y bromas hasta que apareció J.J.
A lo largo de la comida había estado pendiente de ver si se acercaba desde su mesa a la nuestra, al mismo tiempo que mis nervios empezaban a hacer más mella aun de lo que ya habían estado. Pero fue peor en cuanto lo tuve a mi lado.
- Hey, preciosa ¿Cómo estas? – Preguntó con el habitual tono de coqueteo.
- Eh, bien – Empezaba mal, mi voz revelaba que algo no iba bien, y Anthony lo notó ya que me miro con su habitual mirada de odio (hacia J.J.) con una mezcla de preocupación.
Elena y Maria me miraron mientras J.J. seguía con su charla a la que no prestaba atención, como impulsándome a hacer lo que tenia que hacer.
- Esto…J.J…yo…-

tienes que seguir!!!!!!!!!!!! jajajajajaja

como se te ocurre dejarlo asi? que quieres, que me desespere? jajajajajajjaaj

en cuanto puedas sigue please!

Citación :

Esto…J.J…yo…-

Pero como lo dejas asi tartamudeando,eres mala.

nos poneis el caramelo en la boca y al rato nos lo quitas.

siempre sabeis donde pararos,para dejarnos intrigradas.

continua en cuanto puedas.

Otro cacho para terminar el capi, espero que os guste.... bess



- Esto…J.J…yo…- Titubee. En esos momentos me veía con menos ganas aun de hacer esto. Miré de soslayo a Anthony quien parecía tener un gran interés en su bandeja aunque su expresión era dura, como si estuviera aguantando las ganas de gritarle a alguien. Eso me dio las fuerzas que necesitaba – Me preguntaba… El baile de Invierno se acerca y… bueno… ¿Querrías venir como mi acompañante? -
Varias cosas pasaron entonces. Mientras J.J. permanecía con una nueva expresión de bobo con una tonta sonrisa en medio de su cara, escuche un fuerte golpe venir de mi espalda, justo donde Anthony estaba sentado. Cuando hallé el valor para mirarle segundos después, el ya desaparecía por la puerta con una repentina prisa por llegar a clase media hora antes. Mire a los demás que tenían una cara de sorpresa, supuse, que en parte porque yo me había atrevido a hacer tal cosa y por la reacción, que supuse no era la que esperaban, ante ello. Nick fue el primero en reaccionar y se disculpó para salir corriendo por la misma puerta por donde Anthony había salido minutos antes. Elena y Maria seguían con caras de incredulidad cuando me giré de nuevo hacia J.J.
En su cara seguían instalada la tonta sonrisa que se le había formado además de un brillo especial en sus azulados ojos. Estaba claro que para él, este desastre que había montado, era la oportunidad con la que llevaba soñando años. Por desgracia, yo no estaba para contentarle en esos momentos.
- ¡Claro que iré contigo! – Exclamó como si hubiera ganado un premio de lotería - ¡Dios, no me lo creo! – De repente y sin dejarme decir nada, se levanto y salio disparado en dirección al patio donde, supuse, se encontraban sus amigos como todos los días después del almuerzo.
Me quedé allí, paralizada por una mezcla entre sorpresa, incredulidad y miedo. Miedo hacia las posibles consecuencias que este maldito plan podría provocar. Porque lo que menos me apetecía era perder también mi amistad con Anthony por el hecho de que yo fuera a salir con un chico como J.J. a quien ni siquiera apreciaba mas que como a un compañero de clase mas.
Un atisbo de esperanza surcó en ese momento desde mis pies a mi cabeza. Si Anthony había reaccionado tal y como lo había hecho era porque estaba celoso ¿cierto? No se habría puesto así si solo me quisiera como a una amiga nada mas ¿no? La esperanza que se había formado en mi corazón, cambio rápidamente a la confusión. Puede que Anthony actuara guiado por los celos o quizás solo es un amigo que quiere proteger a su amiga de malas compañías como la gente popular de la escuela, o simplemente se había acordado de algo urgente y se tuvo que marchar en el momento menos adecuado. En cualquier caso, no me había sentado nada bien su reacción.
Sin decir ni una palabra, me levante cogiendo mi bandeja y, tras dejarla en su lugar correspondiente, abandone aquella sala a la que acababa de coger mucha manía, y corrí en dirección a los lavabos de chicas de aquella planta, sabia que estaría vacío a esa hora por lo que acudí a ese. Lo que menos quería era encontrarme con alguien a quien explicar porque estaba tan……… mal.
Sabia que Elena y Maria no se habrían quedado de brazos cruzados y que me seguían y así fue. Cuando entraron con caras preocupadas yo ya me encontraba hiperventilando. Solía pasarme cuando sufría una sobredosis de miedo y nerviosismo.
- Tranquila, Liz, todo saldrá bien – Intentaron tranquilizarme pero yo no estaba por la labor.
- ¡Que todo saldrá bien! – Casi grité – No debería haberos hecho caso, ¿Y ahora que hago? – Pregunté con un hilo de voz.
- Esperar, solo nos queda esperar – Respondió Elena con voz algo rota. Ojalá tuviera razón…
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Se que soy mala pero no me mateis aun vale??