Lo extraño de mi alrededor

¡Buenas! Pues ya estoy aquí. Muchas gracias por no olvidarme y comentar ^^ Bienves a la continuación de mi histo, aquí os dejo:





Caminé, caminé y caminé. Y todo el tiempo parecía que estaba en el mismo sitio. Los mismo árboles, las mismas flores… Solo cambiaba el cielo, que cada vez era más oscuro, tenía pinta de estar guardándome un estupendo regalo. Genial. Tuve que sentarme en el suelo porque mis pies no daban a más. El bosque no podía ser tan grande, y yo no podía haber corrido tanto. Me frustraba no saber qué hora era. Cuando pensaba que nada podía ir peor, una gotita de agua cayó sobre mi nariz. Miré al cielo y cientos de gotitas de agua comenzaron a caer.
-Estupendo –dije con ironía.
Me levanté, correr era inútil, y adentrarme en el bosque un riesgo inútil, por lo que continué con el camino. Como llovía, me mojaba, y como me mojaba, tenía frío. De una gripe no me libraba nadie. Cuando creí que no podía más… Noté un golpe en la cabeza y lo siguiente que recuerdo es que desperté en una especie de cubículo. Estaba tumbada sobre lo que parecía un saco de paja, pero cuidadosamente colocado y mullido. El techo era de un gris desgastado. La cabeza me daba vueltas. Me recosté y vi que la cama estaba en un rincón, a mi derecha, una ventana desde la que se veía un prado, el mismo que yo ya conocía. Las pareces eran del mismo color que el techo, pero el suelo era de madera. A la izquierda, una mesita de noche adornada con un florero y una amapola a punto de morir. La habitación parecía uno de los dormitorios del colegio, tenía más o menos los mismos muebles; un escritorio con su silla; un armario y poco más. Curiosamente había dos ventanas más, en la pared que estaba en frente de mí una puerta de madera desgastada. Saqué los pies de la cama y vi que mis zapatos habían sido cuidadosamente puestos al lado de la cama. Me los puse y traté de levantarme. Tuve que hacerlo despacio porque la cabeza me daba vueltas. Una vez en pie, analicé la habitación con más detenimiento. Era la habitación de un hombre. No sabría de qué edad, pero sabía que era de un hombre por como estaba decorada. A pesar de la amapola, lo demás tenía pinta de ser varonil, además, una mujer no viviría allí en esas condiciones.
-Oh, ya te has despertado, ¿cómo te encuentras?
Me giré y vi al ser más hermoso que mis ojos habían contemplado jamás, tan hermoso, que daba miedo mirarlo por si se gastaba. Era un físico indescriptible: sus ojos eran del color del mar, parecía que uno se fuese a sumergir en ellos; su boca parecía una tentación, sentía unas ganas enormes de besarlos; la forma de su cara era especial, exacta, milímetro por milímetro; su cuerpo… era simplemente perfecto; y su pelo, que era del color de la noche, y brillaba tanto que parecía las estrellas de esta, era largo y liso, le llegaba por las costillas, aunque estaba mojado, probablemente porque afuera seguía lloviendo.
-¿Eh? ¿Qué…?
-Disculpa, soy Simon. Te encontré desmayada a unos metros de aquí y te traje. Has dormido un buen rato.
-¿Qué…?
-Vivo aquí desde junio, cuando terminé el curso en Praxton, de donde veo, eres tú. En un par de semanas me iré a la universidad. Te estoy contando mi vida y no sé ni tu nombre.
-Disculpa… Soy Angelica. ¿Cómo que vives aquí? Si estás en medio de la nada.
-¿Medio de la nada? Pero si estamos a quinientos metros de la escuela. Yo vivo aquí porque soy el hijo de un profesor, su habitación está dentro de las instalaciones, esta es la del antiguo bedel y… Bah, es una laga historia y no quiero aburrirte.
-¿Qué hora es?
-Las ocho de la tarde, en breves será la hora de cenar, y… te recomiendo que te cambies de ropa, Angelica.
-Sí, claro. Ya me voy, y… gracias Simon.
-No hay por qué darlas. ¿Quieres que te acompañe o puedes ir sola?
-Voy sola, pero gracias.
Extraño suceso. El hombre era un encanto (físicamente y personalmente), justo cuando estaba al lado de la escuela me había desmayado y… ¿De verdad estaba al lado? ¿Y de la casucha esa también? Pero si yo no había visto nada…



Besos!!

dios! q bueno se puso esto Simon es muy (BABA) jejeje

pero por q angelica no vio nada? simple despito o era algo mas, y donde esta Sam???
hummmm... esperare con ansias la continuacion ^^ te a quedado muy bien ^^

No sabeis la ilusión que me hacen vuestros comentarios ^^
Os dejo aquí otro trocito más (me parece que Angelica no se libra de más quebraderos xD)


Cuando entré en el vestíbulo, una manada de adolescentes con cara de ansiosos corrió hacia mí. Debido a que aún estaba en shock por mi desmayo, pérdida en el bosque, pérdida de mi mejor amiga y demás sucesos ocurridos durante mi primer día de clase, el que un montón de gente corriese hacia mí era algo muy simple para mí. Aun así, tuve que dar un paso atrás.
-¡Angelica! Gracias al cielo que estás bien.
-¿Dónde has estado?
-¿Qué te ha ocurrido?
-Menudo aspecto –supuse que esto último lo había dicho mi queridísima amiga del alma, o más bien dicho lo contrario, Trudy Van Der Volssen, compañera de casi todas mis clases desde que había llegado a ese colegio.
-¡Angelica! ¡A mi despacho! ¡Ya! –mi queridísimo tío.
De camino al despacho de mi tío, que se encontraba al final del pasillo principal, pude observar que la gran mayoría de los presentes en el trayecto me miraban. Algunos con cara de extrañados, otros de alivio, otros de… Otros con las caras con las que nacieron, qué se le iba a hacer. Mi tío entró en el despacho, cerrando la puerta después de entrar yo y me ofreció asiento en una de las sillas que estaban frente a su mesa. Enlazó sus manos, las miró, me miró, las miró, me miró, y volvió a mirar sus manos. Me estaba poniendo nerviosa. Después de un minuto interminable, habló.
-No sé ni por dónde empezar, si por preguntarte qué te llevó a adentrarte en ese bosque, o cómo has conseguido volver y aparentemente entera, si estás bien…
-Empieza por eso.
-Muy bien, ¿estás bien?
-Eso creo, Simon, un chico que vive en la cabaña del antiguo bedel me encontró desmayada y he estado allí, creo que un buen rato, inconsciente.
-¿Simon? –mi tío puso cara de pocos amigos y susurró-: Le dije que no se acercara a ningún alumno.
-¿Qué dices?
-No, nada, hablaba solo. ¿Por qué…?
-Perseguía a Sam, ella fue quien se adentró en el bosque, me preocupé, la seguí, tropecé y la perdí a ella y de paso a mí. Comencé a caminar tratando de volver, pero llegué a un prado, allí también continué andando, comenzó a llover y algo me golpeó la cabeza. Me desmayé, y acabo de despertar en casa de ese chico.
-Ya, bueno, vamos a hacer una cosa: voy a llamar a tu padre, que con un poco de suerte aún no habrá llamado a la INTERPOL, tú te vas a la enfermería a que te revisen, después te vas a tu cuarto, y en un rato haré que te lleven algo de cena a la cama, pero tienes que estar en la cama, ¿entendido?
-Sí.
Iba a salir ya del despacho cuando mi tío pronunció mi nombre.
-¿Sí?
-Me alegro mucho de que estés a salvo y no te haya pasado nada –y me guiñó un ojo.
Parecía frío, pero en realidad era un encanto. En la escuela era así porque era su trabajo, pero en casa no era tanto, algo sí, pero la costumbre… O al menos yo pensaba eso para consolarme. En la enfermería no había nadie, probablemente yo era la primera paciente que tenían del curso, pero la enfermera no lo mencionó. Me revisó para comprobar que no me quedaban secuelas del golpe y me tomó la temperatura por si había pillado una gripe o algo, pero estaba completamente sana. Cuando volvía a la habitación me encontré con Anthony.
-¡Ey! Sigues viva, me alegro.
-Vaya, gracias Tony. Oye, ¿Apareció Sam?
-¿Qué si apareció? Angie, Sam en ningún momento despareció, aquí la única que nos ha tenido con el corazón en el puño has sido tú.
-¿Qué? ¿Dónde está Sam?
-Creo que en la biblioteca.
-Bien, mierda, no puedo ir, mi tío, digo, el director me ha dicho que enviaría a alguien a llevarme la cena. ¿A que me haces un favor? Ve donde Sam y dile que por su propio bien mañana la vea y hable conmigo, gracias.
¿Que Sam no había desaparecido? Si según mis recuerdos ella nunca se había adentrado en ese bosque, por lo que no podía conocerlo lo suficiente como para no perderse en él...



Besos!!

Uff, ¿qué esconderá Sam? A mi me huele a algo sobrenatural que le haya pasado durante las vacaciones, desengaño amoroso aparte.
Pon otro cachito cuando puedas, ok?

huyuyuuuui!!!! XD

jaja esto esta bueeeenisiiimo!!!!!!!! xD concuerdo contigo Anne,cuanto MISTERIIIO! me encanta XD jeje

sigue pronto wenu???

^^

Muchasmuchasmuchas gracias por comentar, me ayudais a seguir escribiendo ^^


Una vez en mi habitación me sentí verdaderamente a salvo. ¡Menudo día! Todo aquello había sido muy extraño. Menudo curso me esperaba, sinceramente. Me puse el pijama, había decidido que estaba demasiado cansada como para ducharme, me ducharía por la mañana. Diez minutos después de haberme metido en la cama alguien tocó la puerta.
-¿Angelica? Soy Chad, ¿puedo pasar?
-Sí, sí claro. Pasa.
-Me han enviado para traerte la cena. Aquí tienes.
-¡Vaya! Gracias, qué bien, sopa y pollo.
-Sé que te lo habrán preguntado todos pero… ¿cómo te encuentras?
-Tranquilo, me encuentro bien físicamente, solo algo cansada. En cuestión de cabeza, tengo un cacao mental…
-¿Puedo preguntar por qué?
-Bueno… un poco de todo. Pero sobre todo por lo del bosque. Te juro por lo que más quiero que Sam, mi amiga, comenzó a correr y se adentró en este, yo la perseguía, pero tropecé y la perdí, y también a mí. Caminé, y allí me apreció ver seres extraños, y llegué a un prado. Te vuelvo a jurar que no vi nada y algo me golpeó la cabeza, quedé inconsciente y desperté y…
-¿Y?
-Y desperté en la casa del hijo de un profesor, que está aquí al lado, él me dijo que me encontró al lado, pero yo no vi la casa.
Chad meditó unos segundos.
-No me crees, ¿verdad?
-Te creo, o eso creo… No sé. Yo pienso que en esta vida todo es posible. Y además… te creí con lo de tu madre, ¿por qué no te iba a creer con esto? Oh… perdona, no debí haber tocado ese tema… Soy un bruto, lo siento.
-Nono, tranquilo. Si lo tengo asumido. ¿Realmente me creíste con lo de mi madre?
-Sí. Sé que tú no jugarías con ese tema, aunque fueses una niña.
-Vaya, gracias. Supongo que el resto del mundo no compartirá tu misma opinión, teniendo en cuenta el episodio de la muerte de mi madre.
-¿Has hablado con esa amiga tuya, Sam?
-No, aún no la he visto. Mañana iré a hablar con ella. Y con el chico ese, Simon se llama.
-Bien. Si no te importa quiero acompañarte a hablar con él.
-Está bien.
Chad me besó en la frente y se marchó. Me comí toda la cena, pues estaba hambrienta y afortunadamente me dormí en seguida. A la mañana siguiente el sonido de un trueno y de dos chillonas me despertó. Volvían a discutir. Como el asunto siguiera así, o las mataba, o me pedía un cambio de cuarto. Tormenta… Barro… Encerrada… Genial, a soportar más snobismo. Me fui directa a la ducha que me sentó de maravilla. Me despertó y ayudó a aclarar un poco las ideas. Antes de la primera clase traté de divisar a Sam, pero no hubo forma. Demasiada gente… Qué asco. Sam sin aparecer… Las siguientes horas fueron eternas. Bastaba que la buscase, para que no apareciese. Dichosa Sam…
-He oído que me buscas.
-¡Dios! ¡Sam! No vuelvas a hacer eso.
Todos mis libros acabaron desparramados por el suelo, Sam me ayudó a recogerlos.
-Tenemos que hablar.
-Bien.
-¿Se puede saber por qué saliste ayer corriendo hacia el bosque y cómo supiste volver?
-¿Cómo? Fuiste tú la que echó a correr, pero te perdí en nada, ibas muy deprisa.
-¿Qué yo qué?
-Pues eso. Nos metiste un susto de muerte, sobre todo a mí. Recuerdo que te quedaste pálida mirando por encima de mi hombro hacia el bosque y que de repente echaste a correr.
-Dios, esto me va a volver loca.
-¿De dónde has sacado la idea?
Tuve que volver a contarle todo. La cuarta vez o así que contaba la misma historia, a este paso, iba a acabar publicándola. Sam dijo que no sabía, que era muy extraño. No me creía. Cuando no afirmaba o negaba algo era que estaba confusa, y eso no me ayudaba para nada.
Después de la última clase Chad vino a buscarme para ir a hablar con Simon. Llamamos a la puerta varias veces, pero nadie abrió ni contestó.
-Qué raro.
-Tal vez haya ido al pueblo.
-No sé, es extraño. Ven.
Me dispuse a rodear la casa, a ver si veía algo por alguna de las ventanas. Y lo encontré apoyado contra la puerta principal, creo que tratando de escuchar a ver si nos habíamos ido. Di un par de golpecitos al cristal y nos vio. Puso cara de haberse rendido, le habíamos pillado. Nos abrió y hasta ofreció tomar algo, pero no quisimos nada.
-No deberíais estar aquí, no puedo relacionarme con ningún alumno del colegio.
-Pero lo de ayer…
-Lo de ayer fue porque parecía la llegada del diluvio universal y te vi inconsciente. Nada más. Una excepción.
-Gracias.
-No se merecen, hice lo correcto.
-¿Realmente me encontraste aquí al lado?
-Pues sí, claro. ¿Dónde sino?
-No sé… Pero más lejos.
-No, te encontré aquí al lado –parecía que lo decía para autoconvencerse más que para convencerme a mí-. Mirad, es tarde. Si habéis venido para darme las gracias, ya está. Ahora iros.
-Pero Simon…
-Pero nada, Angelica. De verdad, nos estáis poniendo a los tres en un compromiso como no os vayáis ahora mismo, de verdad, por favor.
-Está bien. Sólo una cosa más –Chad habló por primera vez-. ¿De qué profesor eres hijo?
-Eso no os lo puedo decir.
Y nos cerró la puerta en las narices. Con lo simpático y amable que había sido el día anterior…



Espero que os siga gustando, disfrutad ^^
Besos

Genial!
¿Qué tendrá Simon? Empieza a gustarme...

OH!!!! claro q meha gustado! ^^

esta buenisimo jejje y cada vez mas misterio XD

sigue proto porfis XD jeje

He vueeeelto (con tono de voz siniestro) xD
Aquí nuevo cachito, siento la tardanza ^^
Gracias (otra vez xD) por comentar, sois unos amores n_n



-Vale, ¿En qué estás pensando que no has dicho nada en todo este rato? –pregunté ansiosa a Chad.
Estábamos en la sala de estar, cada uno había cogido una revista pero creo que ninguno la leía. Desde que habíamos salido de casa de Simon no había hablado y me estaba poniendo nerviosa.
-Oculta algo.
-Vaya, Sherlock, no me había dado cuenta.
-Algo gordo. Algo extraño. Y no sólo él. Dime una cosa, ¿este colegio ha sido de tener misterios o cosas extrañas? Quiero decir, ¿como desapariciones o así?
-Pues no lo sé. Creo que no. El “Praxton” siempre ha podido presumir de ser un colegio desapercibido, silencioso. De ahí que tantas familias elitistas tengan aquí a sus hijos.
-O puede que haya ocurrido algo pero no haya salido a la luz.
-También puede ser. Pero conociendo a los periodistas sensacionalistas de este nuestro país, algo habría salido a la luz, sobre todo teniendo que ver con este colegio.
-Ya, pero con el dinero que deben de tener los padres aquí, pueden sobornar a cualquiera.
-No estoy segura, pero podríamos mirar en Internet a ver si aparece algún artículo que tenga que ver con el colegio.
-En los ordenadores del la sala de informática ni lo intentes, fijo que tienen algún programa para evitar que los alumnos (o alguien indebido) entren en páginas que no deban.
-¿Y entonces?
-Podríamos buscar algún lugar en el que haya conexión. Yo tengo un portátil, pero tal vez necesitaría bastante tiempo dependiendo de la velocidad.
-Creo que mi… digo el director tiene conexión wifi en su apartamento en la torre norte. Claro, que desconozco las horas que pasa allí.
-Ya, lo mejor sería ir en horario de clases, o en el momento en el que él esté en alguna reunión.
-Esto… Chad, que está casado y su mujer vive aquí.
-Mierda. ¿Y ella no es profesora?
-No, no se dedica a nada, salvo a hacer punto, de vez en cuando ordenar algunos informes de su marido y a tratar de ser madre.
-¿Cómo sabes todo eso?
-Angelica, tus compañeras de cuarto te buscan, están en vuestro cuarto.
-Oh, vale gracias Helen.
Suerte que me buscaran, así no tendría que explicar que era la sobrina del director, cuanta menos gente lo supiera mejor. Mis queridísimas compañeras de cuarto volvían a discutir.
-Chicas… chicas… -no me escuchaban -. ¡Chicas!
Al fin.
-¿Se puede saber qué pasa?
-Es Anne, que me ha quitado mi rimmel. ¡Es una ladrona!
-¿Cómo te atreves a llamarme ladrona, asquerosa serpiente bañada en mejunjes que podrían alimentar a medio mundo?
-Porque lo eres.
-No puedes demostrar que haya sido yo, además, ¡yo no uso maquillaje, por si no lo había notado!
-Se nota, nena, por eso lo habrás hecho, para maquillarte porque no te llega el dinero para comprarte.
-¿Qué insinúas con que “se nota”? Y además, que haya entrado con una beca aquí no significa que antes viviese bajo un puente.
-¿A no?
-¡Y basta! Anne, Cassidy, parad. Muy bien, sentaos y vamos a hablar. Vamos a ver, Cass, ¿cómo sabes que Anne te ha robado el rimmel?
-Porque no está en mi neceser.
-¿Y tiene que haber sido Anne por narices?
-¿Y quién sino? Tú no puedes haber sido, ya tienes uno y bastante bueno (aunque no tanto como el mío, o-b-v-i-o)
Anne bufó.
-¿Has mirado en el baño? ¿O en tu tocador?
Cassidy iba a contestar, pero justo en ese momento alguien tocó la puerta y entró.
-Cassidy, ¿no es este tu rimmel? Lo he encontrado en el baño, debiste habértelo dejado allí.
-Ah, esto… gracias, supongo.
Se levantó y cogió su rimmel. Lo guardó en el neceser y se disponía a salir de la habitación.
-Espera, Cass, has acusado a Anne de haberte robado cuando no era cierto, ¿no crees que se merece una disculpa?
-Sí… Lo siento Anne.
-Perdonada estás.
Increíblemente, todo se calmó y una vez Cass se había marchado, la habitación quedó en completo silencio. Con los problemas que tenía y aún tenía que intervenir en las discusiones de mis compañeras de cuarto… Anne estaba sentada en su cama mirando la nada. Yo cogí un libro y me dispuse a leer.
-¿Alguna vez has visto una ardilla con alas? –dijo Anne, me pilló completamente de improviso.
-¿Qué has dicho, Anne?


Besos

COOL!
no tengo idea de q puede ser lo q esta pasando XD
sigueee porfis ^^

Continúa en cuanto puedas Mery, que lo has dejado genial

Siento la tardanza!
Disfrutad ^^


-No me refiero a una ardilla tipo ángel pero más peludo, sino a una ardilla que parezca poder volar.
-¿De dónde has sacado eso?
-Del bosque que hay aquí cerca. Cuando mis padres y yo vinimos para matricularme el pasado junio, me dio por ir a dar una vuelta por los alrededores, y me adentré en el bosque sin apenas darme cuenta.
Lo que Anne me estaba contando me recordó a cuando me había perdido en el bosque el otro día, la ardilla con alas… Eso me sonaba.
-Era un bicho extraño, tenía alas y pico… No me dio miedo, pero sí me produjo curiosidad, traté de acercarme para verla mejor, pero salió despavorida. Parece que esté loca, ¿verdad?
-No no, qué va. Yo también vi algo parecido cuando me perdí. Pero, ¿cómo conseguiste salir de ese bosque?
-Fácil, tengo instinto de orientación, además, no tuve más que volver sobre mis pasos.
-Yo traté de volver sobre mis pasos, pero me perdí más.
-Probablemente te alejaste demasiado, lo mío no fue mucho. Además, desde pequeña he salido con mi padre a hacer expediciones a bosques, y una aprende a orientarse.
-Qué bien. Oye, ¿y le has contado a alguien lo de la ardilla extraña?
-No… La verdad, temí que me tomaran por loca, a ti te lo he contado porque me das confianza, no se lo dirás a nadie, ¿verdad?
-Para nada. Oye, mira, estoy segura de que en este colegio ocurren cosas extrañas, ¿Conoces a Chad?
-¿De nuestro curso? ¿Quién no conoce a Chad? Quiero decir, es un chico muy sociable, y todo eso, ¿por?
-Y muy guapo, ¿no? Ja ja. Pues es que me está ayudando a tratar de resolver unos cuantos misterios que me rodean este curso. Y como me has mencionado lo de la ardilla…
-Cuenta cuenta.
Le conté toda la historia a Anne. Asentía y de vez en cuando me cortaba para aclarar alguna duda. Cuando terminé, se quedó contemplando la nada, si expresión. Tardó varios segundos en hablar.
-Vaaya… es increíble. Puedes contar conmigo para lo que sea, me encantan este tipo de “aventuras” ja ja.
-¿De verdad? Gracias, pero no quiero que te metas en problemas ni nada de eso…
-Qué va. No pasa nada.
Estuvimos hablando un poco sobre por dónde poder continuar, hasta que llegó la hora de la cena. Busqué a Chad al entrar en el comedor para contarle la nueva incorporación al grupo de investigación, pero no estaba. Extraño que no soliese ir a comer con los demás… Bueno, Chad siempre había sido algo raro en ese sentido. Recuerdo que ya de pequeños a la hora de comer no solía estar con los demás niños. Durante la cena, el ambiente estaba tan cargado en el comedor que se podría haber cortado con cuchillo. Apenas se escuchaban unos murmullos entre los alumnos de primero. La gente comía la sopa vigilando la retaguardia como quien dice, todos estaban muy extraños. Desconfiados. Incluso los profesores. De hecho, a un chico de segundo se le cayó un tenedor al suelo mientras repartían el postre, el sonido se escuchó por todo el comedor y él quiso que le tragara la tierra, estoy segura.
-¿Qué ocurre, Sam? –pregunté en bajo a mi amiga.
-¿No te has enterado? Han ingresado en estado comatoso a Jon, el chico que el año pasado se sentaba contigo en química.
-¿¡Qué!?
-Sí, por lo visto se ha caído por las escaleras de la torre este, nadie sabe cómo fue, hay quien dice que fue un accidente, otros no lo creen así. El colegio está investigando porque esa torre, como sabes muy bien, es de acceso restringido.
-Dios, ¿y sus hermanos?
-Sarah está en su dormitorio llorando sin cesar, y Jim no habla, está en shock.
-Pobres…
Mi tío apareció en el comedor con rostro muy serio, más que de costumbre, con un teléfono inalámbrico en la mano. Mandó prestarle atención.
-Queridos alumnos y alumnas… Esto… Es sobre Jonathan Silver, nuestro alumno, compañero, amigo…
Oh Dios, ¿qué iba a decir?



Besos