La cazadora cazada (pausada)

Bueno xikas, esta es la primera historia que subo a un foro, no he subido nuca por que me da un poco de corte (lo se es una xorrada pero asi soy)

No es una de las mejores que tengo pero las otras estan en proces y suelo tomarme mi tiempo para terminarlas asi que como esta ya está terminada pues aki os la dejo.
Comentad plis.

besitos ^^

CAPITULO 1: LA DURA REALIDAD



Sara era una chica completamente normal, tal vez normal no sea la palabra mas correcta, no, en realidad era una chica bastante particular.

En casa tenia problemas con sus padres ya que estos eran muy puritanos y no aceptaban a su hija tal y como era. Sara tenía una vestimenta realmente peculiar. Lucia una cabellera larga hasta la cintura con unos definidos tirabuzones de color negro teñido, que conjuntaba con el resto de prendas que vestía. Sus uñas esmaltadas de negro y pulseras de pinchos en sus delgadas muñecas. Era esto lo que sus padres no aceptaban de ella.

Desde hacia unas semanas estaba trabajando en un pub gótico por las noches, ya que no soportaba que sus padres se quejaran constantemente de que no llegaban a fin de mes.

Sara iba al instituto como cualquier chica de dieciséis años, tenía una media bastante alta. A las tres de la tarde cuando llegaba a casa se preparaba la comida, cuando terminaba de comer, sola normalmente, dormía para poder estar despierta trabajando hasta las cinco de la mañana, a las ocho de la tarde su madre llegaba a casa, cenaban juntas sin mediar palabra, después Sara le decía que se marchaba a su habitación y su madre simplemente asentía con la cabeza. A las once su madre se acostaba y Sara cada noche se deslizaba desde su ventana hasta el húmedo césped del jardín.

-Por fin fuera de ese infierno- murmuró para si misma.

Un coche la esperaba un par de esquinas más atrás de su casa.

-Hola preciosa- le saludó el conductor- ¿Sigues ocultándoselo a tus padres?

-Ellos no querrían esto para mí- le dijo al apuesto joven mientras entraba en el vehículo.

- No estas haciendo nada malo- le animó él.

- Kevin, escucha, mis padres me odian, desearían que fuese igual que mi hermano, ni siquiera me dirigen la palabra desde lo de...el accidente- derramó una lagrima y agachó la cabeza.

Kevin la obligó a levantarla.

-Sabes que lo que hiciste fue por una buena causa- le aseguró él mientras la besaba lentamente en los labios.

Ella se apartó suavemente.

-Pero aun así...la policía...mis padres...

- ¡Ese maldito monstruo mató a una de tus mejores amigas!

Eso fue un golpe bajo para Sara. Su mejor amiga, Jessica, había muerto hacia poco más de un año, por causas todavía desconocidas, o eso era lo que decía la policía, pero Kevin, Sara y el resto de su organización de la cual formaba parte Jessica antes de morir, si que sabían la causa de su fallecimiento.

El resto del trayecto transcurrió en silencio, él sabia que la había herido, pero no soportaba que se echara la culpa de lo ocurrido aquel treinta y uno de octubre.

Coincido, es la chica es rarita, rarita. Y mejor, así no es como el resto del rebaño

En cuanto a lo de trabajar de noche, hay gente para todo, no?

Continúa cuando puedas.

Buenos xikis gracias por comentar
siento no poder subir mas a menudo, pero estoy algo agobiadilla con otro asunto
espero poder resolverlo pronto
os dejo el segundo capitulo


CAPITULO 2: PARIS

Llegaron al local, un sitio macabro que combinaba un negro brillante, con unos focos rojos que le daban un toque lúgubre al lugar.

Sara entró y como de costumbre se dirigió a la barra, pero Kevin la detuvo.

-¿Que ocurre?- le preguntó ella extrañada.

-Esta noche no, tenemos reunión- le explicó él.

-¿Otra reunión? ¿Para que?

Kevin ignoró su pregunta y la llevó hasta la zona V.I.P. del local, donde tenían lugar las reuniones de la organización. Allí ya se encontraban el resto de los integrantes, Marcos, el más mayor y el que se encargaba de organizar los viajes, Marta, que con solo 14 años ya había tenido unas experiencias paranormales de lo más intensas, Javi y Sergio.

-Hola chicos, ¿Dónde nos vamos esta vez?- preguntó Sara intrigada.

-Esta vez la cosa está un poco más complicada...- la reacción de Marcos hizo que Sara y Marta se mosquearan.

-¿Cómo que más complicada? ¿A que te refieres Marcos?- le interrogó Marta.

-¿Tenéis echo el pasaporte?

Marta y Sara se quedaron heladas, los chicos pretendían salir del país, eso era una locura, no podían hacerlo sin una autorización de sus padres y eso era algo imposible de conseguir.

Marta se puso de los nervios y Kevin se la llevó fuera para que se tranquilizara.

Sara se levanta, da la vuelta a la mesa, y se sitúa detrás de Marcos. Este se gira para poder verla.

-Sabes lo mal que lo ha pasado, no es mas que una cría, es injusto que la hagas pasar por esto- Sara puso cara de pocos amigos- pretendes que salgamos del país ¿para que? Para que nos vuelvan a pillar y esta vez venga la embajada y nos encierren en una cárcel de alta seguridad.

Esta vez fue Marcos quien se levantó, le sacaba una cabeza a Sara pero esto no la intimidaba.

-¿Cuánto tiempo más me lo vas a echar en cara Sara?- Marcos la miraba fijamente con cara de tristeza.

-No te hecho nada en cara, siento haberte dado esa impresión, es que los viajes me ponen nerviosa ¿Dónde vamos esta vez?

Javi con cara de resignación se levanta, y sale fuera para averiguar como se encuentra Marta.

Ella se hallaba en el almacén, llorando, mientras Kevin intentaba consolarla.

-¿Qué tal te encuentras?- le preguntó Javi limpiándole las lágrimas.

-Hace un año que murió mi hermana a manos de esos monstruos, en aquel cementerio ¿y ahora queréis volver a las andadas? ¡No es justo!

Mientras tanto Marcos y Sergio le estaban revelando a Sara el lugar donde irían la próxima semana.

-¡¿Paris?!- gritó ella, enfurecida, asombrada, y asustada -¡estáis locos! ¿Desde cuando hacemos trabajos internacionales? Nunca hemos salido del país, digo más, lo más lejos que hemos ido ha sido Barcelona y ahora pretendéis que vayamos a Paris. Pensé que lo de los pasaportes no iba en serio.

Kevin decidió dejar a Javi y Marta asolas y volver para frenar la ira de Sara sobre sus compañeros.

Cuando entró en la pequeña sala, Sara fue directa a él y lo encaró.

-¿Tu estás de acuerdo con esto?- le preguntó a su novio entristecida.

-Sara, escucha, llevamos fuera de circulación demasiado tiempo, claro que, hemos estado pensando y hablando- dirigió su mirada hacia Marcos y Sergio- si Marta y tú queréis quedaros al margen de esto lo entenderemos.

Sara se quedó pensativa, no era una cobarde, ¿Pero y si le ocurría lo mismo que a Jessi? Por otra parte no podía dejar solo a Kevin, él había sufrido demasiado cuando un par de años atrás, ella casi muere desangrada, estuvo dos semanas en coma y él no se separó ni un segundo de su lado.

-Kevin, no voy a dejarte solo en esto- hablaba desde el corazón.

Marcos y Sergio desaparecieron en pocos minutos, ya que los conocían lo suficiente como para saber cuando debían desaparecer.

Él le rodeó la cintura por detrás, le apartó el pelo y la besó suavemente el cuello. Ella se apartó, tenia demasiadas preocupaciones como para pensar en eso.

-¿Qué ocurre?- le preguntó él nervioso- Sara...

-Kevin, lo siento...- sonrojada- es demasiado pronto...

-Bien- resignado- ¿Entonces vamos a Paris?

-Que remedio- le contestó mirando al suelo.

xikas gracias por los coments^^
respecto a lo del pasaporte...
bueno cuando escribí eso era tan joven e inocente
jejeje

CAPITULO 3: EL PSICOLOGO

Él la coge de la mano.

-No tienes por que hacerlo.

-Me necesitáis.

-Es decisión tuya...

Sara se sentó, apoyó los brazos encima de la mesa y agachó la cabeza. Sus padres la matarían si lo hacía, pero no podía dejar solos al resto del grupo, realmente era fundamental.

-¿Cuándo salimos?- le preguntó a su novio.

-El próximo fin de semana- le respondió él.

Marta y Javi entraron en la habitación.

-¿Vamos todos?- preguntó Javi dirigiéndose a las chicas.

-Si, por los viejos tiempos...y por Jessi- respondió Sara.

El resto de la noche fue bastante tranquila, conversaron sobre el tipo de monstruo que perseguían esta vez y sus hábitos. Se trataba de un vampiro joven, un neófito descontrolado que ya había provocado la muerte de más de cincuenta personas.

De repente Sara sintió una presencia extraña y se giró bruscamente, el resto alarmados le preguntaron que si estaba bien.

-He sentido algo- afirmó ella algo pálida- me a tocado.

Se refugió entre los brazos de su novio.

-Tranquila, ya está- intentó que se calmase- chicos id por las armas.

-Lo siento- se disculpó ella- mi reacción no ha sido la correcta, soy una rajada.

-Sara ¿Qué has sentido?- le preguntó Sergio.

-Ha sido como un frío...pero no ha sido desagradable, al contrario.

Todos se dirigieron al almacén a toda prisa para coger las armas. No querían alarmar a los clientes, así que Sara y Kevin se quedaron dentro y se pasearon por todo el local para comprobar si Sara lo sentía de nuevo y por lo tanto seguía allí dentro, mientras que el resto salieron por la puerta trasera a vigilar los alrededores.

Marta estaba aterrada, cuando su hermana vivía nunca la dejaba que hiciera este tipo de trabajos, siempre se quedaba en el pub, que realmente era la tapadera de la organización, actualizando archivos, así que el viaje a Paris seria la primera misión real que Marta tendría que afrontar.

Volvieron todos al pub, nadie había visto nada fuera ni tampoco dentro del local.

-Sara, necesitamos detalles- insistió Marcos.

Ella estaba de lo más nerviosa, aunque intentaba disimularlo.

-Déjala tranquila, ¿no ves como está?- Kevin le regañó.

-No podemos permitirnos perderlo por que la niña se halla puesto histérica.

Esto ofendió enormemente a Sara. Esta empujó a Marcos y lo tiró de la silla.

-Si te crees tan macho be tu solo a por él, haber si eres capaz de encontrarlo.

Marcos se levantó del suelo para encararla.

-¿De que vas niña?

Sara no le temía, quiso hacerle frente, tenia ganas de hacerle que se tragase sus palabras, pero Kevin se puso por el medio impidiéndoselo.

-Por favor, comportaos- gritó Kevin poniéndose entre Marcos y su novia- ya estamos mayorcitos para estas tonterías ¿no?

-No se puede trabajar con él- Sara sale y se va al almacén.

Estaba llorando, pero no de miedo, si no de rabia.

Kevin entró y se la encontró sentada entre unas cajas.

-Conoces su actitud ¿Por qué entras en su juego?

-Kevin, necesita que alguien le enseñe que no tiene el mando, aunque sea el mayor- le explicó ella- además ya me conoces soy de carácter fuerte.

-Lo se, anda vamonos, es tarde, te llevaré a casa.

Sara no se despidió del resto, estaba de los nervios por la riña con Marcos y por el viaje... y por el asunto que tenia pendiente con Kevin.

Al día siguiente se levantó de un humor de perros, no tenia ningunas ganas de ir al instituto, pero tampoco quería ponerse en más líos con sus padres. Se vistió, desayunó, cogió la mochila y salió de casa. Aunque era invierno el sol lucía en el cielo y esto la molestó.

Llegó a clase, otro día de miraditas raras y cuchicheos a sus espaldas.

Lengua.

Matemáticas.

Historia.

Y por fin el recreo. Aire fresco. Salió para encontrarse con un par de chicos con los que solía ponerse, pero para su sorpresa vio que en la verja estaba Marcos. Se acercó.

-¿Qué haces aquí?- le preguntó cabreada.

-Venia a...- dejó la frase a medias.

Sara se dio media vuelta para marcharse pero él la agarró.

-Espera- le dijo- he venido hasta aquí para disculparme, no debí llamarte niña histérica, estuvo mal.

-No vuelvas ha hacerlo- le amenazó ella- no sabes lo difícil que es sobrellevar todo esto con dieciséis años y encima está lo de sentir a esos monstruos...es algo escalofriante- le aseguró- así que por favor, no me des tanta caña.

-Lo siento- realmente se sentía mal, nunca se había imaginado que Sara llevaba una vida tan complicada.

Se despidieron cuando la profesora se arrimó para comprobar que todo iba bien.

Se reunió con sus compañeros tras explicarle a la profesora que solo era un amigo que había pasado a saludarla. Ese día Brian y Toni no estaban muy habladores. El recreo se pasó deprisa y Sara volvió a clase.

Pasaron un par de horas bastante entretenidas pero en la última clase, la secretaria le pidió que la acompañara. Sara se asustó, pensó que tal vez había ocurrido algo.

Cuando estaban en el recibidor se detuvo y la secretaria la imitó.

-¿Ocurre algo?- le preguntó la mujer.

-Eso quisiera saber yo- le respondió Sara.

La mujer de pelo canoso y rostro cansado le sonrió.

-Todo esta bien, no te preocupes, tu madre nos ha pedido que acudas a unas sesiones con la psicóloga.

-¡¿Qué?!

-Por favor no hagas una escena.

-No pienso contarle mi vida privada a nadie.

A la pobre señora no le dio tiempo a responder, de la sala de profesores salió un joven, moreno, con unos tirabuzones que le colgaban hasta los hombros y unos ojos oscuros como la noche y eternamente profundos.

-Disculpe- le preguntó a la secretaria- ¿Sabe donde está la señorita Sara Gómez? Tengo entendido que tenia que venir ha hablar conmigo, soy el nuevo psicólogo.

Sara se quedó impresionada, había algo que no le gustaba en ese tío, todas sus alarmas se habían disparado, pero se sintió increíblemente atraída por él.

-Soy yo- no se le ocurrió otra cosa que decir.

-Muy bien, pues vamos.

Entraron en su despacho y se sentaron.

-Adelante, cuéntame- le invitó él.

Ella actuó con precaución y decidió no sacar el tema de lo que ese monstruito que fingía ser un loquero era en realidad.

-¿Qué quieres que te cuente exactamente?- le preguntó ella irónicamente.

Él se levantó, se situó detrás de ella, le apartó el pelo y situó su nariz a pocos centímetros de su cuello.

Ella se preparó para sacar la navaja de plata que llevaba en su bota derecha. Pero esto no ocurrió, él se retiró y volvió a su lugar.

-Sara, Sara, Sara...-repitió su nombre lo cual la puso todavía mas nerviosa- no has sido capaz ni siquiera de sacarla- le miró fijamente- y anoche, en el pub, te engañé fácilmente.

-¿Qué quieres de mí?- le preguntó aun hechizada por su belleza.

-Simplemente, pequeña- le acarició la mejilla- quiero que comprendas como somos y que no todos somos iguales.

Sara se quedó pensativa, al principio creía en la posibilidad de que como todos, el mundo vampírico podría tener su parte buena y su parte mala, pero cuando conoció a Kevin, él se encargó de quitarle esa idea de la cabeza.

-No me iré con rodeos- volvió a ponerse en pie, pero esta vez se paseó por la pequeña habitación- te vi y supe que tenias que formar parte de este mundo, de mi mundo.

-¿Cómo?- se quedo alucinada ante ese comentario, ¿Cómo que parte de su mundo? ¿Pretendía transformarla en uno de esos monstruos a los cuales ella se encargaba de exterminar?

- Piénsalo, una vida así tiene muchas ventajas, y recuerda, no todos somos malvados- dicho esto desapareció como por arte de magia.

Sara volvió a su clase asustada.

Os dejo el cuarto capitulo...esta algo coritito pero prometo subir el otro pronto


CAPITULO 4: EL VIAJE


La semana pasó rápida y no volvió a tener señales del vampiro psicólogo.

El viernes por la noche, metió en una bolsa de viaje unas cuantas prendas, lo necesario para el aseo personal y se reunió con Kevin como todos los días en su coche.

-¿Estas preparada?- le preguntó un tanto preocupado.

- Si- le dedicó una sonrisa un poco forzada- solo hagámoslo bien ¿vale? No quiero tener nada que lamentar cuando volvamos.

- Todo irá bien- la besó tiernamente.

Kevin arrancó el coche y se dirigió al aeropuerto donde estaban los demás esperando.

Marcos les entregó los billetes y se dirigieron a la puerta de embarque.

Una vez en el avión la tensión fue en aumento. Todos estaban concentrados en lo que tenían que hacer.

Kevin tomó la mano de Sara con ternura.

-¿Nerviosa?- le preguntó con una sonrisa de apoyo.

- Depende de por que lo preguntes- intentó corresponderle pero le resultó difícil.

En unos cuarenta y cinco minutos habían llegado a Paris y se encaminaban hacia el hotel.

- Espero que esta vez no hayan cucarachas- bromeó Sergio.

- No, esta vez no- aclaró Kevin- he sido yo quien ha escogido el hotel, quería que el primer viaje al extranjero para las señoritas fuese agradable- aclaró Kevin.

- Eres un cielo- le dijo Sara después de darle un tierno beso.

- Me parece que ya se yo por que fue él el que quiso escoger el hotel- se mofó Marcos.

- No seas capullo- Kevin le dio un codazo.

Este comentario hizo pensar a Sara que seria la primera vez que compartiría habitación con Kevin, eso la puso todavía más nerviosa.

Llegaron al hotel y subieron cada uno a su habitación.

- ¿Qué te parece?- le preguntó Kevin a Sara esperando que le gustase.

- ¿Trajiste todo el armamento?- dijo ella tratando de cambiar de tema.

- Aja- asintió- Sara...tenemos que hablar.

- ¿Qué pasa?- le preguntó con un poco de miedo.

- Si te sientes incomoda compartiendo habitación conmigo...podemos pedir otra, de veras no me importa.

- Además de ser un cielo eres todo un caballero- le dio otro beso esta vez mas apasionado.

Aki os dejo el kinto capitulo
en mi opinion el mas inetresante XDD





CAPITULO 5: EL SACRIFICIO

Marcos y Sergio entran en la habitación sin llamar y se pillan recostados en la cama a Sara y Kevin.

- No desperdiciáis el tiempo eh- dijo Sergio para que se percataran de su presencia.

Kevin se quita de encima de Sara y le dedica una mirada asesina a sus compañeros.

- Vamos a comer, ¿venís?- preguntó Marcos como si no hubiese visto nada.

- Si vamos, tengo hambre- le respondió Sara.

Bajan al comedor donde ya los esperaban Javi y Marta, la comida transcurre en silencio.

- ¿Y por donde vamos a empezar?- preguntó Marta para intentar comenzar una conversación.

- Esta noche iremos al cementerio, seria lógico que un neófito se escondiese allí- le respondió Marcos.

- ¿Estas seguro de que solo hay uno?- le interrogó Javi- no me gustaría que hubiesen sorpresas.

- ¿Cómo quieres que te lo asegure? No soy adivino.

No se dijo nada mas durante la comida, cuando terminaron cada uno se fue a su habitación hasta la hora de salir hacia el cementerio.

A las ocho de la tarde Marta y Javi se encontraron con Sara y Kevin esperando en la puerta del hotel.

- ¿Preparados?- les preguntó Sara.

Javi asiente con cara de preocupación.

- ¿Tenemos elección?- le respondió Sara con un poco de miedo.

- Nadie te obligó a venir- Marcos apareció por detrás de ella con Sergio.

- Oye tío ya esta bien- Sara lo encaró una vez más- como sigas dándonos tanta caña te vas a quedar solo ¿me oyes?

Marcos comienza a caminar ignorándola hacia un par de coches que había alquilado. Sergio subió con él en un opel azul y el resto fueron con Kevin en un Seat negro. Parecía que se encaminaban al matadero, ninguno hablaba, solo se escuchaban sus respiraciones, todos estaban concentrados en lo que se jugaban.

Marta que iba en el asiento trasero con Sara estaba aterrorizada, apenas podía resistir el llanto.

- Sara, tengo miedo- dijo ocultando el rostro entre sus manos para que no viese las lagrimas que habían empezado a salir.

Sara la obligó a que la mirase.

- Escucha, no voy a dejar que te pase nada- le aclaró- nadie lo va a permitir.

Le dedicó una sonrisa de apoyo y así se tranquilizó un poco.

Llegaron al cementerio, los muros eran altos, seria complicado entrar.

- ¿Y bien, como penséis saltar eso?- les preguntó Sara, dirigiendo su mirada a Marcos.

- Primero os ayudaremos a vosotras, después ya buscaremos nosotros la manera- le respondió.

Kevin y Javi se pusieron a la defensiva.

- No pienso dejar que entren ahí ellas solas- dijo de manera autoritaria Kevin.

- Yo tampoco, estamos juntos en esto, no vamos a dejar que se coman el marrón ellas solas- por primera vez Javi lo encaró.

- Esta bien señores enamorados- a Marcos no le gustaba que le llevasen la contraria- proponed vosotros algo si no os gusta mi plan.

Javi se percata de que a unos metros de donde ellos están hay una especie de contenedor que podría servirlos para ayudarlos a entrar, comienza a caminar hacia él y el resto lo siguen.

Logran entrar, Sara se acerca a Kevin y lo rodea por la cintura, él la envuelve por los hombros y le dedica una sonrisa tranquilizadora.

- ¿Y ahora que?- pregunta Marta armándose de valor.

- ¿Sientes algo Sara?- la interroga Marcos.

Sara solo niega con la cabeza sin soltarse de Kevin.

- Tal vez deberíamos incitarlo a salir...- sugirió Marcos.

- Eso ni lo pienses- Kevin se negó rotundamente.

- ¿Marcos te refieres a...?- preguntó Sergio.

Sara y Marta se miran confundidas.

- ¿Cuál es el plan para hacerlo salir?- Sara habló por primera vez.

- Tenemos que hacer un sacrificio...- comenzó Sergio.

- Con sangre de una virgen- concluyó Marcos.

Todos miraron directamente a Marta.

- Esperad, ¿a que os referís exactamente?- les preguntó Sara algo asustada.

- Marta, solo necesitamos algo que haya tenido contacto con tu piel recientemente, como una prenda de ropa, por lo del aroma...y la sangre, seria algo que todavía lo atraería mas- explicó Marcos.

Marta puso cara de espanto y negó con la cabeza.

- No pienso daros mi sangre para que un vampiro asesino salga de donde quiera que esté- se abrazó fuertemente a Javi, que la acogió en sus brazos.

- Yo lo aré- dijo Sara decidida.

Marcos, Javi y Sergio se le quedaron mirando con cara de asombro.

- Esto...dijimos sangre de una virgen Sara- recalcó Sergio.

- ¿Asombrado?- le preguntó sarcásticamente ella.

- Si la verdad es que si-reconoció - joder Kevin tío, vaya aguante- soltó una risotada. Kevin lo ignoró.

- Hagámoslo allí- ordenó Javi.

Se dirigieron hasta el fondo del cementerio, encendieron una hoguera y las miradas se centraron ahora en Sara, esperando a que hiciese lo que habían dicho.

Sara suspiró.

- ¿Y que queréis que me quite? Estamos en diciembre, me voy a morir de frío.

- Pues a mi se ocurre algo...- Sergio siempre con su mente calenturienta.

Sara se desabrochó el sujetador por debajo de la sudadera y se lo quitó. Sergio soltó una risita.

- ¿Podemos ser serios por favor?- Kevin le lanzó una mirada de basilisco.

Sara se sacó una daga preciosa de su bota izquierda y se la entregó a Marcos.

- Hazlo tú.

Marcos cogió su mano y le hizo un corte no demasiado profundo, ella derramó unas pocas lágrimas pero sin quejarse, Kevin la tenía cogida de la otra mano para infundirle valor. Cogió el sujetador y dejó que la sangre lo ensuciara, después lo tiro al fuego y pocos segundos después apareció el terrible monstruo de ojos rojos y colmillos afilados.

Os dejo el capitulo 6

a ver que os parece xD

Capitulo 6: ¿Él otra vez?

Sara cogió su pistola cargada con balas de plata las únicas que pueden dar muerte a un vampiro y justo cuando estaba a punto de apretar el gatillo algo se interpuso entre ella y el neófito, deteniéndolos a ambos.

- Lárgate, esta sangre tiene dueño- le dijo el extraño al neófito, el cual se marchó sin decir nada.

Cuando el vampiro que se creía dueño de su sangre se giró Sara se percató de que lo conocía, era el mismo que había fingido ser psicólogo en el instituto con el único fin de acercarse a ella.

- Tu...- Sara se quedó pasmada.

Se giró para comprobar por que el resto no se acercaban a ayudarla y vio que los tenían inmovilizados otros cinco vampiros.

- ¿Qué quieres?- le preguntó cabreada

Él tomó la mano en la que ella se había cortada y aspiró el dulce aroma de la sangre que todavía chorreaba hasta su muñeca.

- Deliciosa- acerco la mano de Sara hasta su boca y clavó sus afilados colmillos en ella. Sara emitió un gritó de dolor, y Kevin forcejeó con todas sus fuerzas sin ningún éxito. Cuando Sara creía que ya estaba todo perdido escuchó unos tiros y a dos de lo vampiros que retenían a sus amigos caer al suelo, estaba al borde de la inconsciencia cuando el vampiro la soltó y desapareció junto con su aquelarre dejándola desmayada en el suelo. Kevin corrió junto a ella y la tomó en brazos.

- Sara despierta- las lagrimas caían por el rostro del chico- por favor Sara no me dejes.

Los chicos que habían disparado corrieron hasta donde estaban Kevin y Sara.

- Vamos rápido, ha perdido mucha sangre, la llevaremos a nuestra base, allí podremos atenderla.

Todos salieron corriendo hacia los coches, no tardaron en llegar a la base y comenzaron a hacerle transfusiones a Sara.

- No nos hemos presentado antes, soy Pierre este es mi compañero Frederick- se estrechan la mano.

- Yo soy Kevin, muchas gracias por ayudarnos, si algo le pasara...

Una chica rubia de unos treinta años salió de la sala donde habían ingresado a Sara.

- Esta bien, aunque ha perdido mucha sangre pero se recuperara- dirigiéndose a Kevin- soy Juliet- le dedica una sonrisa.

- Kevin- le corresponde la sonrisa.

Sara despierta un par de horas después bajo la atenta miada de Kevin.

- ¿Qué ha pasado?- pregunta ella intentando levantarse.

Kevin se lo impide.

- Descansa, todavía estas pálida- la obliga a que se acueste de nuevo.

- Pero...en el cementerio... ¿estáis todos bien?- preocupada.

- La única que sufrió daños fuiste tu- la tranquilizó su novio.

- Como siempre- dijo para si misma.

- No fue tu culpa, fuiste muy valiente- le dio un tierno beso- iré a buscarte algo de comer.

Kevin salió de la habitación y la joven doctora entra para examinarla.

- Hola- le sonríe de una forma un tanto falsa- ¿que tal te sientes?

- Genial- sarcásticamente.

- Estarás bien en un par de horas.

- ¿Qué fue lo que ocurrió en el cementerio? Solo recuerdo a aquel chupa sangre bebiendo de mi herida...- solo recordaba fracciones de lo sucedido.

- Eso yo no lo se- le respondió mientras le quitaba el tubo de las trasfusiones del brazo- no estuve allí.

En ese momento entra Marcos con semblante serio y preocupado.

- ¿Sara de que te conocía ese tipo?- la interrogó con la mirada.

Sara suspira y se resigna a contarle la historia del dichoso vampiro psicólogo.

- Veras el otro día, en el instituto, ya sabes que mi madre quiere que vaya a visitar a la psicóloga una vez a la semana, pero por lo visto ese monstruo se las había ingeniado para quitarle el puesto a mi antigua psicóloga- hizo una pequeña pausa- nada mas lo vi sentí que era un vampiro, pero lógicamente no iba a matarlo delante de tanta gente, así que entré en su despacho, me dijo acabaría uniéndome a él, y que no todos eran malvados...- concluyó la narración esperando la reacción de Marcos.

- ¿Por qué no nos lo dijiste antes?- le preguntó un poco confuso.

- No quería preocuparos, en un principio no le di importancia...

- Sara, tu sabes que todos ellos son malvados ¿verdad? Sin excepción- clavó su mirada en la de ella- nuestro trabajo es aniquilarlos, conciénciate de eso o no podrás seguir con nosotros.

Dicho eso Marcos se levantó del borde de la cama de Sara y se marchó.

La chica se quedó pensativa, Marcos tenia razón, había dudado acerca de que todos los vampiros fueran malvados y no era la primera vez que lo hacia, ¿pero que le pertenecía hacer ahora? ¿Debía quedarse con la organización y seguir matándolos a todos por igual o debía averiguar por su cuenta si realmente había algún vampiro bueno? Marta interrumpió sus meditaciones cuando abrió la puerta.

- Hola- le dedicó una tierna sonrisa, era tan inocente.

- Hola- Sara intentó corresponderle sin mucho entusiasmo.

- ¿Molesto?

- No, para nada.

- Estaba muy preocupada Sara, de verdad si te hubiese pasado algo...- dejó la frase inacabada mientras por su cabeza pasaban recuerdos de la fatídica noche en que hermana murió.

- ¿Qué me va a pasar a mi? Soy Sara la invencible- ambas rieron.

Las dos chicas se pasaron el resto de la tarde hablando sobre cosas corrientes, recordando cuando Jess combatía a los vampiros con ellas, los chicos las llamaban las tres diosas, en especial en aquellos tiempos cuando todavía utilizaban uniformes, aquello también era algo que ambas echaban de menos, era horrible tener que tirar ropa tan mona por culpa de las terribles manchas de sangre.

Cuando empezó a oscurecer Kevin regresó a la habitación.

- Yo ya me iba...- dijo Marta con doble intención- os dejo solitos, hay a quien le da morbo las salas de hospital- sale de la habitación riendo.

Sara puso mala cara, y Kevin soltó una pequeña risotada.

- ¿Qué tiene de gracioso?- le preguntó fingiendo estar enfadada.

- Nada mi amor- le da un piquito- solo que esta chica a veces tiene unas ocurrencias...

- Si supongo que si- le devuelve el beso de manera más pícara.

Kevin se queda extrañado de esa reacción pero no dice nada solo continua besándola, la temperatura va subiendo, Kevin coloca las manos en las caderas de Sara pero se detiene un momento.

- Sara, creo que estoy mal interpretando las cosas...- quita las manos de su cadera y desvía la mirada.

Sara toma el rostro de Kevin y lo besa de nuevo de forma mas apasionada y sugerente, sin dejar que él se detuviese.

Siento haber tenido esto un poco olvidadillo, pero es que con todo el rollo de las kedadas de crepusculo, el fan trailer y todo apenas tengo tiempo para nada xP
weno ahi os va el cap 7 espero que os guste ^^



Capitulo 7: Malos rollos


Kevin se colocó encima de Sara, quitándole la camiseta. Ella, nerviosa, seguía besándolo dejándolo que fuese él quien llevase la iniciativa, deslizó sus manos por la espalda de su amada hasta encontrarse con el cierre del sujetador, la miró con ternura y dubitativo, sin sabes si ella estaba lista...no tuvo tiempo de descubrirlo, la puerta se abrió de par en par, Marcos, Marta, Javi y Sergio se quedaron parados al ver la situación en la que sus dos amigos se encontraban

- Jejeje, menuda pillada colegas- Sergio y sus malos chistes.

Kevin le pasó la camiseta a Sara, e intentó que el bulto de su pantalón diminuyera de tamaño.

Sara tras ponerse la camiseta fulminó con la mirada a Sergio.

- Chicos, creo que deberíamos irnos...- las mas joven también fue la mas sensata.

- No, tenemos muchas cosas que tratar, además, este no es el ni el momento ni el lugar para estas cosas- dijo Marcos- ¿Cómo se os ocurre poneros a hacer eso aquí? ¿Qué habría pasado si en lugar de ser nosotros hubiese sido cualquier otra persona?

- No se que hubiese sido peor- comentó Sara para sus adentros.

- ¿Y que es eso que tanta prisa nos corre tratar?- preguntó Kevin malhumorado.

- Creo que tu noviecita- acribillando a Sara con la mirada- tiene algo importante que contaros sobre el vampiro que nos atacó en el cementerio.

Sara sintiéndose culpable por la acusadora mirada de Marcos les relató la historia de nuevo, de forma bastante más detallada que la vez anterior, cuando se lo contó a Marcos.

Condujo su mirada hacia Kevin, temerosa de que lo tomara a mal.

- ¿Por qué no me lo contaste?- le preguntó el chico mas disgustado que enfadado.

- No quería preocuparte- le contestó con cara de pena- se lo sobre protector que eres conmigo y que si te contaba algo seguro que salías corriendo a matarlo...

- Es que es a eso a lo que nos dedicamos ¿o lo has olvidado?- Marcos se interpuso en la conversación.

- Empiezas a repatearme Marcos, y te juro que si seguimos así no creo que siga soportando esto mucho mas- se levantó de la cama mareada y salió de la habitación haciendo eses.

Kevin la siguió rodeándola por la cintura temeroso de que pudiera perder el equilibrio en cualquier momento.

Llegaron a la cafetería, donde se sentaron para poder hablar largo y tendido.

- Me preocupas, últimamente repites demasiado lo de abandonar la organización- sus manos estaban cogidas por debajo de la mesa- ¿de verdad lo piensas?

- No quiero hacerlo, disfruto acabando con ellos, y por supuesto no voy a dejarte solo, pero desde que estuve hablando con el..."psicólogo"- bajo la mirada- no puedo dejar de pensar que no todos son malos.

El le soltó la mano y se levantó.

-Solo tienes que ver lo que ese monstruo hizo- estaba dolido- claro que si prefieres cambiarte bando, adelante- salió de la cafetería a paso apresurado.

Capitulo 8: Decisiones

Sara se quedó sola, pensativa, con la mirada clavada en la mesa, ¿por que ese demonio la estaba haciendo dudar acerca de todo lo que la rodeaba? ¿Acaso seria una artimaña? En medio de sus reflexiones escuchó como alguien golpeaba los dedos contra la mesa suavemente y alzo la mirada, terrible sorpresa su mirada se clavó en aquel horrible ser que casi la había matado en el cementerio.

- No hemos tenido oportunidad de presentarnos- una sonrisa se dibujo en los labios de el vampiro- me llamo Joseph, lamento el accidente del cementerio, no pretendía que aquello se descontrolara de esa manera.

- Claro, ¿solo querías matarme no?- se puso a la defensiva.

- Por supuesto que no, estas destinada a ser uno de nosotros- la miraba con intensidad lo cual le transmitía una irresistible atracción a ella- además, deseo ser yo quien lo haga.

- ¿Por que?

- Pienso que es bastante evidente ¿tu no?

Hubo un silencio momentáneo.

- No, no lo creo.

- Pensé que no te costaría demasiado averiguar lo que siento hacia ti- tomó su mano y se levantó instándola a hacer lo mismo- ¿podemos dar un paseo?

- Pero el sol...

- No me afecta, ya te dije que no todos somos iguales.

Se quedó extrañada, pero lo siguió cogida de su mano.

Kevin nunca la había tratado así, de forma tan calida, lo quería, pero habían caído en una rutina terrible, solo les unía el trabajo, no tenían nada más que eso en común, y comenzaba a pensar que le había ocultado demasiadas cosas.

- Si lo ha hecho, tus amigos no quieren ver la realidad- paseaban por un parque cercano a plena luz de medio día- no todo es oscuridad en el mundo de los vampiros Sara, no es fácil esta vida de abstinencia, eso no se puede negar, pero somos muchos los que lo logramos cuando tenemos un buen motivo.

- ¿Y cual es tu motivo?- comenzaba a estar mas relajada, incluso podría decirse que estaba disfrutando.

- Tu- se sentaron en un banco y de nuevo clavo su mirada en ella- desde que te vi hace unos años en aquel cementerio cautivaste mi corazón y a partir de ese día estuve observándote en silencio, siguiéndote a cada misión a la que te dirigías para que nadie te hiciera daño- estaba hablando con el corazón en la mano- Sara, eres especial, no solo para mi, tienes un don, y hay muchos curiosos que estarían dispuestos a hacerte pasar las mil torturas para que utilizarlo en su beneficio, no quiero que eso ocurra, por favor, ven conmigo- ambos se quedaron mirándose durante unos eternos segundos.

- ¿Pretendes que acepte así sin mas?- se moría de ganas por hacerlo- apenas te he visto dos veces, una de las cuelas bebiste de mi, ¿como se que no es una trampa?

- Por que tu instinto te lo esta gritando- había dado en el clavo- sabes que tus amigos te están mintiendo y que yo digo la verdad.

Suspiró y se quedó un buen rato pensativa.

- Está bien, iré contigo, al menos hasta que averigüé toda la verdad.

Le dedica una calida sonrisa.

-No te arrepentirás, haré que veas las cosas tal y como son en realidad- le acaricio la mejilla tiernamente- y lograre que seas feliz.

Hola wapíssima!!

Yo por aquí?? Poz zi!

Acabo de leerme toooda la historia y decirte que va mejorando capítulo a capítulo y que me has enganchado, así que ya sabes, estaré pendiente!!

Mm... A mi Kevin me cae muy bien... MUY muy bien, aunque al principio estaba como: El vampiro el vampiro!! Ahora es a lo poooobre kevin, a ver que es lo que le enseña Joseph (me gustan los nombres).

Un beso wapetona!

Bueno familia, aki os dejo el ultimo capitulo
comentad que os parecido y segun lo que digais hare o no hare segunda parte
besitos



Capitulo 9: Despedidas


Tras haberse pasado largo rato hablando con Joseph en el parque volvió a la base donde estaba el resto de su grupo, pero con mucho cuidado de que no la viesen, se encerró en una de las habitaciones, cogió un trozo de papel, un bolígrafo y comenzó a escribir:



Chicos, lo siento, pero no puedo seguir así, me siento engañada, y por eso me voy a descubrir por mi misma que es lo que se cuece y vosotros no me habéis contado...

No me busquéis, solo regresare, si regreso, cuando haya encontrado las respuestas que busco.

Kevin, espero que encuentres una chica que realmente si pueda hacerte feliz, yo nunca pude hacerlo, repito, por favor, no me busques

Marcos, baja un cambio o acabaras quedándote solo.

Javi, cuida de Marta.

Marta, peque, siempre te vi como mi hermanita pequeña, ten mucho cuidado.

Sergio, nunca pierdas tu sentido del humor

El tiempo que hemos pasado juntos, hemos llorado, hemos reído, nos hemos peleado, pero todos sabíamos que yo no iba a durar demasiado en la organización, espero que todos lleguéis a viejos.

Besos

Os quiero

Sara

Metió la carta en un sobre, se la entregó a una especie de secretaria que había en la entrada y se marchó al lugar donde había quedado con Joseph. Era demasiado pronto, pero lo último que le apetecía era seguir más tiempo en la base.

Pasadas un par de horas, cuando ya había empezado a anochecer, apareció Joseph, y juntos emprendieron un largo viaje para encontrar las respuestas que Sara tanto ansiaba conocer.